Daily Archives: 22 agosto, 2018

La puerta de casa es la carta de presentación para todo aquel que llega a nuestra vivienda. Algo similar ocurre con el resto de puertas repartidas por las distintas habitaciones, que nos ayudan a conseguir privacidad y a conservar el calor. Para que no desentonen respecto a la decoración del resto de la casa, y para que continúen ofreciéndonos el servicio por el cual las seleccionamos en primer lugar, es preciso realizar un mantenimiento.

La seguridad que nos ofrece una puerta desaparece si sufre algún tipo de desperfecto. Por lo general, las puertas que tenemos en nuestros hogares no requieren de un mantenimiento muy exigente; tener cuidado y precaución con ellas -especialmente con las cerraduras, un aspecto indispensable- ya supone ese mantenimiento. Pero hay otro tipo de puertas que sí requiere de controles específicos: en esos casos, la mejor inversión es contar con el apoyo de profesionales como los de ArQé, que puedan actuar en situaciones puntuales pero también desarrollar un plan integral de mantenimiento.

Puertas automáticas peatonales

Este tipo de puertas se compone de elementos electromecánicos complejos, sujetos a desgaste por el uso. Para asegurar su correcto y continuo funcionamiento, es imperativo un mantenimiento a intervalos regulares. Este mantenimiento periódico previene accidentes, reduce averías y los inconvenientes que estas generan, prolongando la vida útil de la puerta automática peatonal.

Es muy aconsejable que para el mantenimiento de este tipo de puertas se contrate a una empresa especializada, ya que le indicará de una mejor forma las medidas que debe tomar para el correcto funcionamiento de la misma.

Puertas de madera

Para las puertas que se encuentran en nuestros hogares, que suelen ser de madera, diariamente solo se debe pasar un trapo un poco húmedo para quitarle el polvo y a continuación secarla. No es necesario limpiar todos los días la cerradura y el pomo, pero sí se aconseja lavarlos una vez cada quince días aproximadamente. Una vez al mes, es recomendable revisar el funcionamiento de los herrajes y cerraduras. En el caso de que las bisagras no funcionen correctamente, puede cambiarlas. Si la cerradura se atasca o no gira correctamente, lo más conveniente es usar un aceite lubricante.

Las puertas de madera llevan un barniz que tapa los poros del material. Si observamos que la puerta tiene rayaduras o  raspones, se debe localizar el barniz  utilizado en ella -la mayoría de las puertas de madera llevan barniz o laca-, lijar la parte afectada y darle la primera mano de pintura. Esta función debe realizarse tantas veces como sea necesario, pero normalmente se obtiene el resultado deseado aplicando este proceso tres veces.

Si se produce un abombamiento, se debe determinar si se produjo por pudrición de la madera. En ese caso es muy posible que deba cambiar la puerta, porque si intenta repararla volverá a pudrirse. Sin embargo, si el abombamiento es muy leve, se puede intentar hacer un injerto con un contrachapado de un espesor similar al original. Para ello, se deben cortar con un formón los residuos de la parte afectada y luego encolar el parche en su lugar con cola de carpintero.  Luego se coloca cinta masking en las juntas y se procede al sellado y pintado. Para hacer este último proceso es necesario descolgar la puerta de las bisagras.

Puertas de metal 

Si las puertas son de metal, es aconsejable revisar cada seis meses el estado de la pintura. Si observamos que la puerta tiene rayaduras o  raspones el procedimiento a seguir es similar al de las puertas de madera, pero pintándolas con el esmalte (pintura a base de aceite) correspondiente.

Otro de los problemas es el abombado, que se debe a oxidaciones en el material de la puerta. Para solucionarlo se debe cavar con una espátula para averiguar el origen del problema. Si es algo superficial se podrá reparar lijando la puerta y luego aplicando pintura. De no ser así, y si el abombamiento ha penetrado dentro de la lámina metálica descomponiendo el material, la mejor opción es cambiarla o llevarla al herrero para que solucione el problema.

Puertas de vidrio 

Para las puertas de vidrio el mantenimiento es diferente. Si el vidrio se rompe es necesario llamar al cristalero para remplazar la pieza rota por una nueva. Si nuestra puerta de vidrio tiene un marco de madera, metálico o de aluminio deberemos de proceder de la misma forma pero siempre teniendo en cuenta las dimensiones de nuestro marco y del material con el que está instalado.

Si nuestro marco es de madera primero se deberán quitar las piezas de sujeción y los restos del cristal. Con una espátula se limpia bien la superficie donde será instalado el vidrio nuevo y a continuación se coloca la pieza de reemplazo.

Si el marco es metálico el proceso es similar, solo que las piezas de sujeción se pegan con masilla para vidrios de medio centímetro de espesor, para absorber las irregularidades del marco. Si por el contrario se trata de un marco de aluminio, la mejor opción es que lo haga un profesional ya que será necesario desarmarlo.

Puertas de garaje

Por último, el mantenimiento de la puerta de garaje, aparte de ser necesario es una obligación. No se puede correr riesgos con las puertas de garaje, ya que un mantenimiento inexistente o inadecuado puede traer consecuencias fatales.

En consecuencia es recomendable contratar a especialistas dedicados a ello, ya que un buen mantenimiento de puertas automáticas evitará averías más costosas, un funcionamiento mucho más fiable de la cancela automática, reduciéndose en un 80% las averías de la misma. A parte de ello, estas averías son más difíciles de arreglar debido al complejo mecanismo que tienen.

Fuentes: reparacionesvalencia.com, proyectos.habitissimo.es

 

Las puertas cortafuegos son muy útiles para prevenir la extensión y propagación de un fuego. Así, son especialmente indicadas para espacios comunes tipo oficinas o en general edificios que requieren condiciones específicas de seguridad. Igualmente, su instalación es muy útil en espacios como garajes de bloques de vecinos o de actividad profesional. Naturalmente, eso no quiere decir que queden excluidas para cumplir su cometido en zonas particulares como nuestra vivienda. Son de hecho idóneas para proteger el resto de la casa en el caso de que se inicie un incendio en alguno de los espacios que la componen. Es por ello que resulta importante profundizar un poco más acerca de sus características, funciones y ventajas a la hora de tenerlas en cuenta para su instalación.

Instalación de puertas cortafuegos

Las puertas cortafuegos están clasificadas según la resistencia que tienen a las llamas. Tres son los elementos clave en los que se divide la resistencia al fuego:

  • Estabilidad: La puerta está fija en su sitio.
  • Hermeticidad: La puerta no deja que las llamas y el humo se introduzcan en la habitación contigua.
  • Aislamiento térmico: Es la capacidad que tienen algunos materiales de actuar como aislante frente al calor que puede producir el fuego.

Igualmente existen algunas especificidades que afectan a las puertas cortafuegos y que se deben tener en cuenta. Por ejemplo, el tipo de cerradura que se colocará en ellas y el de los sistemas de alerta complementarios que debemos instalar para asegurar su máxima eficacia.

Para empezar, en el caso de las puertas cortafuegos debemos tener muy en cuenta los criterios que nos prescribe su fabricante. Estos criterios afectan a varios puntos fundamentales: la capacidad de resistencia a altas temperaturas, el tipo de sistemas complementarios que deben acompañar a su instalación y, por supuesto (parte fundamental de este tipo de puertas) el mantenimiento.

El fabricante nos dará las instrucciones pertinentes sobre cuestiones como el holgado que debe tener la puerta respecto al soporte. Dicho espacio de holgura debe ser respetado por los profesionales que la instalen. Igual de importante es tener en cuenta el nivelado de la puerta. En efecto, los ángulos y nivel del suelo respecto a ella son cruciales para asegurar su eficacia.

Elementos de las puertas cortafuegos

  • Junta intumescente: es una junta de un compuesto a base de grafito que hace que, como consecuencia de las altas temperaturas, el material se expanda hasta diez veces su tamaño. Eso impide que la lengua de fuego pueda penetrar por los espacios no sellados. Esta función de sellado es por lo tanto imprescindible y por ello las juntas intumescentes son parte fundamental de la instalación de una puerta cortafuegos.
  • Cerraduras cortafuego: si instalamos una de estas puertas no podemos pasar por alto el tipo de cerradura que debe instalarse en ella. Esta es otra de las indicaciones del fabricante que debemos seguir a rajatabla. Evidentemente, una cerradura convencional que no esté específicamente diseñada para tolerar altas temperaturas dejará de hecho de cumplir con su función y, en consecuencia, hará más difícil la resolución de cualquier percance. En este sentido, querer ahorrar en la instalación puede salir muy caro: lo importante es mantener el control con elementos específicos que nos permitan resolver el accidente lo antes posible.
  • Cierrapuertas: el cierrapuertas cumple con una función fundamental. Evita que la puerta se pueda abrir como consecuencia de alguna racha de viento. Normalmente suele activarse por sistemas de reconocimiento de calor. De nada servirá que instalemos nuestra puerta con su correspondiente cerradura si no tenemos previsto que no pueda abrirse bajo ninguna circunstancia para evitar la propagación del fuego.
  • Manivela: la manivela debe ser de unas condiciones aptas para su instalación en este tipo de soportes exactamente igual y por las mismas razones que hemos comentado en el caso de las cerraduras cortafuegos.

Reparación y mantenimiento de puertas cortafuego

Respecto al mantenimiento de la puerta, de nuevo, debemos seguir las instrucciones del fabricante. Como norma general podemos decir que hay que cambiar este tipo de puertas cada veinte años. Pasado ese tiempo habrán perdido muchas de las cualidades que les permiten desarrollar su cometido. Igualmente, para este tipo de puertas el examen visual de su estado es un aspecto clave. Si vemos abolladuras, golpes, boquetes o en general cualquier deterioro que la afecte debemos considerar sustituirla. Una puerta cortafuegos debe estar en perfectas condiciones para que de hecho pueda cumplir con garantías su propósito.

Como profesionales avalados por años de experiencia, desde ArQé aconsejamos pedir asesoramiento para la instalación de todos los elementos pertinentes. Asimismo, es bueno recordar que en el caso de espacios que vayan a ser protegidos por este tipo de puertas hay que tener en cuenta otros sistemas de alerta y prevención necesarios como los sistemas antihumo y los aspersores automáticos.

Fuentes: cerrajeros.info, aradock.es

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