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Apr
Las instituciones públicas requieren de instalaciones físicas destinadas a proporcionar una atención con calidad, operatividad y calidez. La obligación de cumplir adecuadamente con la atención de los usuarios del servicio tiene íntima relación con las cuestiones técnicas, tecnológicas, administrativas y éticas; exigencias que deben mantenerse en todos los momentos y circunstancias.
Dada la multiplicidad de espacios que albergan los edificios públicos (ingresos y egresos, oficinas administrativas, áreas técnicas, baños, atención al público, salidas de emergencia, etc.), también serán diversas las soluciones y productos a utilizar en cada uno de sus accesos. Los materiales, dimensiones y prestaciones de sus puertas, herrajes y otros accesorios, son un tema central para estos proyectos, por eso este artículo le presenta algunos indicios importantes al respecto.
Amplia variedad
¿Giratorias o pivotantes? ¿Corredizas o abatibles? ¿De cristal, metálicas o de madera? ¿Cortafuegos? ¿Con barras antipánico? La respuesta a todas estas interrogantes es idéntica: todas y cada una de ellas tienen su lugar en un proyecto público. Todo dependerá del tipo de espacio, el tránsito de personas y el uso que cada una de estas opciones afronte.
Para una entrada principal, por ejemplo, el cristal, en ocasiones combinado con perfiles metálicos, puede ser una buena opción; aunque se debe tomar el recaudo de señalizar correctamente estas aberturas, para evitar accidentes. Según el mayor o menor flujo de público (no es lo mismo un banco que una dependencia del registro civil), las variantes giratorias o corredizas se presentan atractivas y hasta complementarias: dado que las primeras no son accesibles a personas con movilidad reducida, es conveniente contar con otra vía de acceso para esos casos. Mientras que para las corredizas es incluso recomendable la instalación de sistemas de apertura y cierre automáticos, para evitar daños por el uso intenso y descuidado.
Las puertas y divisiones de acero inoxidable, en tanto, se consideran ideales para los servicios sanitarios. Mientras que otras variantes de aberturas metálicas son la primera opción para las áreas técnicas u operativas como depósitos, archivos, etc.
Por su parte, la madera o el MDF termolaminado, en distintos acabados y tonos, aportan calidez y robustez a los espacios de oficinas. Y las puertas cortafuegos tienen el destino exclusivo de proteger las salidas de emergencia y otros sectores con riesgo de incendios como garages y talleres. En todos los casos mencionados, las dimensiones, formas de apertura y los accesorios van en función de las condiciones de uso y las normativas vigentes.
Cuidado y mantenimiento
La seguridad de los edificios estatales también depende de la calidad del mantenimiento que se da a los cerramientos, escaleras, puertas, cerraduras y ventanas, ya que estos componentes de la infraestructura permiten controlar y dosificar el acceso de personas desde fuera del edificio. Además, una correcta acción de mantenimiento sobre puertas y ventanas se reflejará positivamente en la protección de los equipos y el mobiliario del edificio.
Las acciones más importantes y eficaces de mantenimiento son las que se realizan de manera preventiva, es decir, antes de que ocurra el deterioro o la descompostura de los elementos de la infraestructura. En el caso de cerramientos, puertas y ventanas estas acciones se concentran en: limpieza periódica; uso adecuado (evitando el accionamiento violento o forzado); utilización de topes de caucho para protección de las puertas y las paredes; repintarlas una vez al año; revisión frecuente del correcto funcionamiento de las cerraduras y picaportes de puertas interiores y exteriores; control de la sujeción de pasamanos y otros elementos de seguridad.
Llegado el caso de que se requiera un mantenimiento correctivo, se debe verificar el correcto funcionamiento de puertas y ventanas para reponer vidrios rotos y solucionar cualquier desperfecto que se presente. De igual manera, es importante controlar los indicios de oxidación en los elementos metálicos, para evitar que se extienda. Y por supuesto verificar el estado de herrajes, cerraduras y picaportes, para proceder a su lubricación con un aceite adecuado.